sábado, 25 de septiembre de 2010

1. "Sí, señor."


Corría diciembre del año 1987. Era una época feliz para mí, ¿por qué no iba a serlo? Era invierno, mi estación preferida. Y además, estaba pasando por unos momento muy buenos de mi vida. Había conocido a un chico hacía unos años y habíamos empezado una relación estable. Mark se llamaba. Era un chico estupendo, pero no demasiado perfecto, no me gustaban los chicos con una perfeccion extrema. Era alto, castaño y de ojos verdes. Tenía 24 años, uno menos que yo. Su inteligencia me asombraba cada día más, pues era un gran pensador y filósofo innato. Siempre encontraba soluciones para todo, y conseguía alegrarme el día. Eramos polos opuestos, él tan cálido y yo tan fría. Siempre le veía algo bueno a todo, sinembargo para mí cada cosa era negativa. Pero cuando estaba con él me sentía diferente, como ya he dicho su presencia me alegraba. Él significaba mucho, era especial. No como los demás. Y bueno, no sabría explicarlo pero puedo decir que hubiera dado mi vida por él, porque el mundo necesitaba personas como aquella y no podía permitir que muriera. Si tenía que ser él o yo indudablemente sería yo puesto que no aportaba nada al mundo. Mark siempre intentaba convencerme de lo maravillosa y singular que era pero yo no le creía, o no quería hacerlo. Las personas "singulares" destacan y yo no quería eso, odiaba destacar. No soportaba cómo las personas te miran cuando llamas la atención.

*9:00 AM.
Estaba durmiendo y derrepente algo húmedo entró en contacto con mi mejilla. Me desperté y vi que mi perro, Sidor, me estaba pasando la lengua por toda la cara.
- Maldito perro...-mascullé.- Debió de haberse quedado dentro anoche, cuando cerré la puerta...

Miré mi despertador y me quedé petrificada. ¿Por qué no había sonado? Seguramente me habría olvidado de ponerlo, no era la primera vez que me pasaba.
Rápidamente me levante y me puse lo primero que encontré. Luego me encajé mis zapatillas y me pasé las manos por el pelo para adecentarlo. Salí a la calle y el perro conmigo, cerré la puerta y me monté en mi Wolsvagen. Era un coche de segunda mano pero lo adoraba. Me lo había comprado mi padre cuando me saqué el carnet de conducir. De eso hacía ya unos años...

Yo vivía en la montaña, en una casa de estilo rústico, bastante grande para mi sola. Sidor era un pastor Garafiano, por lo tanto se quedaba fuera. Estaba bastante bien enseñado, era un perro educado y no ladraba a las visitas. Sin embargo protegía la casa que, al estar aislada, era objetivo de ladrones. El perro era grande, por lo tanto impresionaba. Sobre todo si te fijabas en sus enormes colmillos, pero era muy cariñoso.
Mark y yo aun no vivíamos juntos porque yo consideraba que era pronto. Él vivía en un piso en la ciudad, cosa que yo odiaba, por eso soliamos quedar en mi casa. A Mark le daba miedo Sidor, decía que nunca se sabe cómo podía actuar. Pero yo estaba segura de que no pasaría nada.


Llegué al lugar en el que trabajaba. Yo era secretaria de Jim Parker dueño de una gran empresa de hoteles de Los Ángeles. Jim era un hombre muy exigente con el trabajo y ambicioso. Lo más que deseaba era el dinero. Tenía mujer, pero yo no me explicaba cómo alguien podía amar a una persona como Jim.
-¿Qué horas son estas de llegar?- Me reprendió.- ¡Esto es un trabajo serio!
-Lo sé señor, pero es que el despertador no ha sonado y bueno, he venido lo antes posible- intenté explicarle.
-¡Sabes que no me valen tus malditas excusas! ¡Ponte a trabajar!
-Sí señor.- Dije arrepentida.

Tenía mucho papeleo que me había encargado Jim como castigo pero más tarde ese infierno habría terminado y Mark vendría a buscarme.

1 comentario:

  1. O________O me encanto! me encanto! me encanto! UUy que honor ser la primera jajaja adoro la forma en la que escribes, como te expresas *-* hasta que te animaste!! jaja ya te dije, cambiaste la perspectiva de los primeros capitulos, este es un capitulo genial! y es el primero, no imagino como seran los siguientes wooooow jaja <3 ansiosa por leer mas ^^ recomendare esto, en definitiva lo hare! xD bss!

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