
domingo, 3 de octubre de 2010
6. ¡¿MICHAEL JACKSON?!
Los días siguientes fueron normales. Todo lo normales que pueden ser cuando tu novio y tú habéis tenido un accidente y no sabes nada de él. Aquel chico no volvió ha aparecer, y mientras yo preguntaba a cada enfermera que entraba en mi habitación que cómo estaba Mark. Nadie respondía. Empecé a pensar que quizá era un sueño, que no era real. o que todos estaba contra mí, que tenían algo que ocultarme y que el chico del otro día era uno de ellos.
Ya podía caminar y valerme por mí misma pero no me dejaban salir de la habitación. Lo tenía prohibido y mi puerta siempre estaba cerrada.
Me levanté para entrar en el baño de la estancia y tomar una ducha. Tenía que quitarme todas aquellas ideas estúpidas de la cabeza. Me duché tranquilamente y con agua caliente, necesitaba relajarme. Cuando terminé salí y me acerqué a la ventana aunque, como ya había averiguado, el chico tenía razón: No había más que camiones por todos lados. Pero era agradable sentir el viento bailando entre mi pelo húmedo.
Estaba mal. La impotencia me mataba, el no saber nada de Mark y no poder salir de allí era abrumador. En mi mente llovía, como aquella tarde. Y quería hablarle de todo aquello a alguien, desahogarme y contarle el dolor tan intenso que se apoderaba de mí. En los últimos días había llorado mucho y me escocían los ojos.
En ese momento salí de mis pensamientos: alguien intentaba abrir la puerta.
-¿Quién es?- Pregunté estrañada de que no supieran que había que coger la llave.
-Soy yo.
¿Yo? Creí reconocer la voz, era la misma del otro día.
-Tienes que pedir la llave para entrar, me tienen encerrada.- Dije mirando hacia la puerta.
No se oyó nada más hasta que aquel chico abrió la puerta con la llave y entró.
-¿Por qué te tienen encerrada?
-Creen que puedo escapar a buscar a Mark.
-¿Tu novio?
-Si. Aún no sé nada de él, nadie me dice dónde ni cómo está.-Dije apenada.
-¿Podría hacer algo yo?
"¡Bingo!"
-¡Sí! Eso te quería pedir el otro día. Tienes que ayudarme, he pensado que como eres conocido aquí y eso pues podrías averiguar algo sobre él.
-Claro que sí, eso es fácil. Pero debes esperar a mañana. La recepcionista que está de tarde me odia, no como la de mañana. Ella me adora y seguro que me dará la información que yo desee.
Me pareció bien, supuse que podría esperar a mañana.
-¡Oye! Necesito saber cómo te llamas.-Dije recordándo que no le había preguntado su nombre.
-Bueno, yo soy Michael Jackson.-respondió con dificultad- ¿No lo sabías?- Se extrañó. Pero su extraño era mas bien de decepción.
-¿¡Michael Jackson!?
Estab aalucinada. ¿Cómo no había caído antes? Por eso siempre estaba en aquel hospital para ver a los niños y donar dinero. Mark me había dicho que hacía muchas obras de caridad y que le encantaba ayudar a los demás. Yo no entendía cómo podía saber aquello si no le conocía, pero unos días antes me había dado cuenta cuando se ofrecíó a visitarme.
-¡Dios! Cuando Mark te vea se va a poner loco de contento.-Dije con una inmensa sonrisa. La primera en muchos días.
Ya no me parecía tan bien tener que esperar a mañana, quería ver la cara de Mark cuando viera al señor Jackson.
-¿Por qué lo dices?- Esta vez su extraño era más falso. Creo que sabía perfectamente por qué.
-Él es fan tuyo desde que era niño. Siempre te ha seguido, y ha comprado unas entradas para tu concierto en Los Ángeles.
-Veo que tú no eres tan fan como él.-Dijo sonriente.
-Pues no.- Reí. - La verdad es que la música no me va mucho y que no sé nada de ti. Ni te he reconocido, cualquier otro hubiera sabido quien eras desde el primer momento. Yo he necesitado que me lo dijeras.
-Que extraño. ¿Tú no ves la televisión? Estoy en todos los medios.
En ese momento me pareció un poco egocéntrico. Pero lo pasé por alto, no podía juzgarle sin conocerle...
- Ni he tocado los sudokus que me trajistes- Cambié de tema mirando la mesita de noche.
-¿Cómo es tu nombre?- Preguntó suave y comprensivo.
-Sheila.
-Sheila, ¿qué te pasa? ¿Por qué has estado llorando?
¿Cómo lo había sabido? Mis ojos, ellos me delataban. Le miré inocente, no sabía si contárselo.
-Me siento continuamente como una estraña en Moscú.- Dije con una voz leve.
Michael se quedó de piedra. Temí que no lo hubiera entendido, pero su espresión mostraba un asombro enorme. Aún así se lo expliqué.
-Un estraña en Moscú es una espresión que utilizaba un amigo mío de pequeña. Fue mi mejor amigo mucho tiempo pero nos obligaron a separarnos. Mi madre decía que no debía de estar con él, que me haría mal. Pero yo no lo entendía, era un chico magnífico. Me atrevería a decir que fue mi primer amor.- Dije sincera.-Él tenía 10 años y yo 5.
Aquel hombre ni se movía.
-Señor Jackson, ¿está usted bien? ¿Lo ha entendido?-Pregunté asustada.
-Sí, tranquila. ¿Y dices que te llamas Sheila?-Dijo pálido.
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GUAAUU!! ME ENCANTA esta novela.. la encontre hace un par de dias.. la lei y me gusta mucho escribes re bn.. me llamo belen pero me dicen belu
ResponderEliminarahh y yoo tambn escribo una novela te dejo el link asi la lees..
belujackson-coincidenciadeldestino.blogspot.com
AAAAAHHHH QUIERO EL SIGUIENTE, DEMONIOS! jajajaja ah ah ah me encanta!! vees?!! escribes GENIAL, G-E-N-I-A-L xD sigue sigue q me desespero!! :) bss!
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